Qué puede hacer una impresora 3D



Han pasado más de 30 años desde que Charles W. Hull inventó la primera impresora 3D en 1983. Desde entonces, y aunque aún no ha alcanzado el máximo de su potencial, esta tecnología ha evolucionado enormemente y cada vez son más las cosas que pueden hacerse con ella.

El futuro de la impresión 3D está repleto emocionantes posibilidades. Y es que el escenario más intrigante de esta tecnología no está en la fabricación de objetos que ya vemos todos los días. En lugar de ello, la impresión 3D utilizará todo su potencial cuando se permita innovar y crear cualquier objeto o dispositivo nuevo pulsando un solo botón.

En un futuro próximo, esta tecnología permitirá a los consumidores comprar productos personalizados que se ajusten a necesidades específicas, además de permitir disponer de ellos en cuestión de horas, en lugar de las semanas que puede tardarse ahora en recibir un artículo personalizado. Por otra parte, la impresión 3D permitirá que las personas puedan compartir sus creaciones y diseños mucho más rápida y fácilmente que en la actualidad.

Sin embargo, son muchos los que creen que las impresoras 3D no son realmente útiles y que son más lentas, más costosas y menos eficaces que la fabricación tradicional. Pero si no nos centramos en sus deficiencias (que con el tiempo irán solventándose), seremos capaces de observar hasta qué punto puede ser versátil esta tecnología; y no solo a nivel científico, tecnológico o de investigación, sino que también a nivel doméstico puede sacarse mucho partido de ella.

Si bien cuenta con un sinfín de posibilidades para mejorar el mundo que nos rodea, todavía está en la etapa temprana de desarrollo comercial. Aun así, esta tecnología puede sernos muy útil ya en la actualidad. La tecnología de impresión en 3D ya nos permite, por ejemplo, imprimir piezas para reparar un electrodoméstico averiado o crear cualquier otro objeto que se nos ocurra.

Son muchas las cosas que pueden crearse a partir de una impresora 3D como la que puede comprarse en Big Ben Shop. Estas son algunas para las que ya se está utilizando por el momento:

- Planificar una operación médica utilizando modelos anatómicos precisos.
- Desarrollar implantes ortopédicos y prótesis personalizadas que mejoren la calidad de vida de los pacientes.
- Crear diversas herramientas de producción.
- Producir piezas de repuesto y otros componentes, algo que puede ser muy útil para los consumidores si, por ejemplo, necesitan reparar un aparato que ya no se comercia y del que ya no se fabrican piezas.
- Crear objetos complejos que no es posible hacer por medio de los métodos de fabricación tradicionales.
- Fabricar prototipos de múltiples colores y materiales para experimentación e investigación.
- Personalizar juguetes, joyas, objetos de decoración o de colección, etc.
- Comerciar con creaciones únicas que no pueden encontrarse en ningún otro sitio.
- Imprimir circuitos con una amplia gama de nanomateriales, lo que permite a los ingenieros fabricar tecnología de una complejidad y flexibilidad imposibles a través de los métodos tradicionales.

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